¿Alguna vez te has planteado cómo sería el perro perfecto para tí? ¿Cómo sería un perro 10?
En este artículo voy a desgranar lo que a mi parecer debe ser un “perro 10”. Es muy sencillito y se reduce en una sola frase: UN PERRO 10 NECESITA UN TUTOR 10
Pero ¿Qué son un perro perfecto y un tutor 10?
El tutor 10, al contrario de lo que podáis pensar, no es el guía perfecto que todo lo hace bien y nunca se equivoca.
Notición: ¡¡¡El tutor 10 SE EQUIVOCA!!!
Pero se da cuenta, y cuando eso ocurre hace lo que está en sus manos para mejorar. Es el que quiere conocer a su perro, el que busca información y formación de calidad (no solo la más barata que haya) para poder tener una buena relación y, por ende, una buena convivencia con su(s) perro(s).
Para mí el tutor 10 es el que, cuando algo falla, piensa “en algo estoy fallando” (rara vez no es así) y busque la manera más adecuada de arreglar su problema. Es el que, a pesar de los ratos difíciles, no tira la toalla. El que se pregunta “¿Qué puedo hacer para hacerle feliz?”, y busca respuestas a su pregunta.
¿Alguna vez te has preguntado si es realmente feliz tu perro? Darlo por hecho es fácil pero, ¿cómo sabemos que realmente lo es?
Y ¿Qué es un perro 10?
Un perro 10 no es un perro perfecto que hace siempre, siempre siempre, absolutamente todo lo que le digo, de inmediato y clavado (eso sería un esclavo o un autómata), y que cuando no me interesa estar con él se queda quietecito durante mogollón de horas, sin chistar y sin moverse del sitio (Eso sería un peluche o el jarrón de la entrada).
Que atienda a mis requerimientos es fundamental para evitar situaciones conflictivas o de riesgo. Pero ante todo, un perro 10 es un individuo que, aunque legalmente no tenga poder de decisión, socialmente sí debería tener un margen que le dé un mínimo de independencia dentro de sus posibilidades. Es decir, por ejemplo:
Si yo le digo “¡Roky, ven aquí!” y Roky me mira de soslayo, sigue alejándose y repentinamente agacha el trasero y planta su pinito (o lo esparce, como Oreo, mi perro), no le voy a meter una somanta palos por no haberme hecho caso. Sencillamente, Roky se estaba cagando vivo, no podía más, y en ese momento la prioridad era esa. Bueno, en realidad NUNCA le meteré una somanta palos ¿de acuerdo?. Era una forma de hablar. Pero tampoco me enfadaré de ninguna manera, porque había una causa absolutamente justificada por la que Roky postpuso mi petición.
A eso se le llama “desobediencia inteligente”, pero ya hablaremos en otro momento de ello más a fondo.
Con esto, y me voy un poco por las ramas, quiero decir que, cuando tu perro hace algo que le pides, tú tienes un papel fundamental en ello. Pero cuando no lo hace, casi siempre tienes un papel fundamental, pero en ocasiones hay otras cosas que le influyen y que no tienen que ver contigo.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, un perro 10 es un perro que, a pesar de tener problemas emocionales, cuenta con su guía o tutor 10 para ayudarle a gestionarlos.
El perro 10 tiene un guía que se preocupa por su bienestar, porque cuando surge algún problema, éste ha abandonado ese pensamiento que todos hemos tenido alguna vez de…”lo está haciendo para fastidiar”, y ha abrazado la nueva premisa que dice que… “tiene que haber una razón de peso para que haga esto. ¿Cuál será?” y…”cómo puedo cambiarlo”.
Como ves, para conseguir un perro 10 se necesita un tutor 10, así que TU PERRO TE NECESITA
Pero recuerda que, como decía Osgood en Con faldas y a lo loco, NADIE ES PERFECTO
Y el adiestrador que te diga que sí lo es, miente como un bellaco. La perfección no existe, pero el perfeccionista sí. Y el exceso de perfeccionismo es tan malo como la dejadez. Así que, si después de leer esto piensas que eres un zote para tu perro, no te preocupes, aquí todos hemos metido la gamba alguna vez y buscamos mejorar cada día.
Muchas gracias por invertir este ratito. Podéis seguirme en Facebook y en el canal “Mi vida con perro” en Youtube.
Seguiremos trabajando para contaros y debatir mucho más.