Perros con sobrepeso: cuida su alimentación

Hace años que llevamos observando el aumento en el número de perros con sobrepeso y ostensibles problemas obesidad que asombrosamente no son percibidos por sus tutores.

Las causas principales de la existencia de perros con sobrepeso las podríamos enumerar más o menos así:

  • Perros que viven en familias de más de un miembro en las que cada uno le da algo de su comida independientemente de los demás, en algún momento del día, sin ponerse de acuerdo en las cantidades diarias que el perro recibe y, como consecuencia, sobrealimentándolo. Esto es un peligro, porque la comida puede venir de varias personas e incluso en grandes cantidades.
  • Perros que viven con una sola persona que, sin darse cuenta, no controla lo que otra gente da a su perro en quedadas sociales de terraceo en verano, por ejemplo, o en fiestas caseras en invierno.
  • Perros que viven con una o varias personas que comparten constantemente su comida con ellos, cada vez que ellos mismos comen algo.
  • Tutores que no miran las instrucciones que figuran en todos los sacos de pienso, en las que viene una lista del peso de las raciones diarias según el peso del perro. ¡Ojo! según el peso “ideal” del perro, no el que actualmente tenga (imagínate si está demasiado delgado porque ha estado enfermo, por ejemplo, le estarías dando menos comida de la que necesita diariamente. Y si pesa más de lo ideal para su tamaño, lo estarías sobrealimentando). Si tienes dudas consulta con tu veterinario.
  • Por falta de comprensión sobre cómo debería ser la dieta de su perro, por parte de algunos tutores que, un caso concreto me encontré, incluso era capaz de traerle a su perro una hamburguesa para cenar, todos los días. Y falta de comprensión sobre las consecuencias fatales que esto puede acarrear en los perros y en nosotros mismos. Todos los días!!!

Estas son algunas de las causas del aumento de perros con obesidad. Principalmente el descontrol sobre lo que ingiere nuestro perro.

Pero las consecuencias vienen no solamente en el plano físico de la salud del perro, sino también en el comportamental.

En el plano físico, los perros con sobrepeso están expuestos a una artrosis temprana y de caballo, y a un buen infarto porque moverse les cuesta más del doble de esfuerzo de lo normal, por no hablar de otras enfermedades metabólicas.

Pero en el plano comportamental, cuando compartimos nuestra comida con el perro en nuestro momento de comer, el mecanismo suele ser el siguiente:

  1. Le das de tu comida cuando estás sentado a la mesa, o en una terraza, de tapeo, etc.
  2. Su circuito neuronal de “recompensa” se activa.
  3. La acción de darle de comer en esas circunstancias se repite.
  4. El perro aprende que, cuando tú comes, él también.
  5. La acción se repite a lo largo de los días.
  6. El circuito de recompensa ya se activa sólo con que os sentéis a la mesa a comer.
  7. El perro ha empezado a pedirte comida cuando te sientas a la mesa.
  8. Como es tan mono y pone esos ojitos, o te pone la patita en la pierna tan delicadamente (a veces… no tan delicadamente), no puedes resistirte y le das comida.
  9. El perro empieza a pedir comida de una manera más insistente, porque está aprendiendo que, realizando determinadas conductas como, ponerte la patita en la pierna, mirarte fijamente o ladrar (esto es peor), al final siempre le das comida.
  10. Como se pone muy pesado, le das comida para que se calle o te deje en paz, reforzando así, la conducta de pedirte comida. En el caso de los ladridos, se empieza a convertir en una pesadilla para ti, tu familia, con la que discutes constantemente, las visitas, que se piensan si volverán más veces a comer a tu casa, y tus vecinos. Ya no sabes qué hacer para que se calle, y le das cada vez más comida. El perro va engordando y el problema también…

Esto, que parece una tontería, es un problema grave, porque estamos viendo demasiados perros con tanto peso que les dificulta caminar, relacionarse y jugar con otros perros, tumbarse y levantarse, regular su temperatura en verano y, por último, a algunos hasta respirar.

Esto no es un alegato para reñir a nadie ni para que no nos salgamos del pienso y ya está, en toda la vida del perro. Rotundamente NO. Pero sí para que empecemos a ser más conscientes de la importancia del cuidado de la salud de nuestros perros que empieza por la alimentación que les damos.

Compartir con tu perro momentos de juego, de descanso o de comida, es bueno y contribuye a reforzar vuestro vínculo afectivo SI LO HACEMOS BIEN.

En Canectados te podemos ayudar con el cambio de esta conducta, para reconducirla hacia un buen hábito de alimentación.
perros con sobrepeso

¿Cómo mejorar la conducta de tu perro con la comida?

  • Primero de todo, infórmate bien sobre los alimentos que puede ingerir tu perro, los que mejor no darle y los que ni se te ocurra dárselos. Hay mucha información en internet al respecto y siempre puedes consultar con tu veterinario o expertos en nutrición en perros.
  • Planifica los momentos de compartir comida. No tienen por qué ser todos los días.
  • Elige un lugar que no sea donde coméis todos los días o donde os reunís con amigos o familia a comer. Ni siquiera el sofá de casa ni, por supuesto, la cocina. O sí, a lo mejor puedes ponerle algo en su cuenco de comida. Un lugar tranquilo, no siempre tiene por qué ser el mismo, o sí, podéis dedicar un rinconcito de la casa a compartir momentos de comida, llámalo “el rincón de compartir”.
  • Podrías aprovechar alguno de esos momentos para entrenar su autocontrol o los turnos. Si quieres saber más acerca de cómo entrenarlo pónmelo en los comentarios.
  • Comunícate bien con tu perro. Elige una señal para indicarle que vas a compartir algo con él y, sobre todo, una o varias señales para indicarle que ya está. Ya habéis terminado, ya no hay más comida. ¿Por qué digo varias señales? Pues porque con comida de por medio hay perros que se excitan tanto, que puede que les cueste procesar una sola señal. Puedes combinar la señal hablada (“pis pás”, “ya está”, “no hay más”) con un gesto que refuerce la señal hablada.
  • Cuando dices “ya está” es que no va a haber más comida hasta la siguiente toma diaria. En esto tienes que ser tajante, para que tu perro sepa a qué atenerse. No es necesario enfadarse, pero sí dejar claro que cuando decimos “ya está” es que lo que estábamos haciendo ha terminado.
  • Contabiliza. Y aquí no vale decir que se nos dan mal los números. Cuando compartimos un extra de comida con nuestro perro, tenemos que compensar la cantidad o calidad con la siguiente toma diaria. Si no lo hacemos, estaremos sobrealimentándole.

Cuidar de la salud de tu perro no implica que seas un sieso con él, pero sí que seas consciente de su alimentación, busques los momentos y lugares adecuados para compartir algo, sepas comunicarte con claridad, y podáis disfrutar de esos momentos sin consecuencias físicas ni emocionales o sociales negativas.

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